A esto lo llamo “el juego de la pirámide”: es una frase que se refiere a la competencia del ego humano que domina gran parte de nuestra interacción con el mundo, nuestras elecciones de carrera y relación, nuestros valores, etc.
Si imagina que está subiendo una pirámide, tratando de llegar a la cima, y hay muchos otros en la pirámide, esa imagen visual corresponde a la forma en que el ego se relaciona con los demás: la parte superior de la pirámide es pequeña, así que solo hay unos pocos “grandes ganadores”, y el fondo es amplio … no hay escasez de perdedores.
El ego se evalúa a sí mismo en relación con los demás, y la “base de la evaluación” es lo que define la propia pirámide. Por ejemplo, si habla de riqueza, la base de la evaluación es cuánto dinero tiene, pero hay muchas otras posibilidades. Las mujeres a menudo se encuentran en una “pirámide de belleza”, en una competencia sutil pero cortés por “¿quién es la más bella de todas?”, Etc.
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La vida en el lado de la pirámide es estresante, siempre estás siendo evaluado por tu propia mente y juzgado con vergüenza o recompensado con orgullo, no importa cuán bien lo hagas, nunca es suficiente porque puedes ver a las personas por encima de ti, etc., y incluso si llegas a la cima tienes que preocuparte por deslizarte hacia abajo o dejarla pasar. Por lo tanto, nunca puede relajarse, porque su valor e identidad están definidos por su ubicación en relación con los demás … hay una ansiedad perpetua sobre su valor básico.
La causa raíz de este estrés se puede resumir como “no sabes quién eres”. Es la ausencia de claridad sobre la identidad lo que impulsa a los humanos a escalar pirámides para establecer un sentido tangible de identidad y valor personal. La ilusión es que “puedo saber quién soy y, como yo, si me acerco a la cima y me quedo allí”.
A menudo, las personas pasan décadas en una pirámide u otra antes de que comience a darse cuenta de que algo está “apagado”; de alguna manera, el zumbido de hacer progresos ascendentes se detiene, y uno comienza a sentir que toda la empresa es cuestionable. Esa comprensión o intuición tiende a provocar crisis de mediana edad (o crisis de cuarto de vida, ¡o supongo que hay otras fracciones que se pueden sustituir!).
Mi consejo general para alguien que está escalando pirámides es intentar despertarse: mira lo que estás haciendo con tu vida. ¿Es realmente satisfactorio? ¿Te da una profunda sensación de expresar tu verdadero yo? ¿Enriquece el mundo o solo compensa tus propias ansiedades? Estar dispuesto a hacer las grandes preguntas y no saber las respuestas, estar dispuesto a ser incierto.
La práctica de la atención plena puede ser útil aquí, porque salir de la pirámide y hacer algo que valga la pena con su vida implica conciencia de sí mismo y un cambio en su relación con su ego, por lo que generalmente animo a las personas a practicar eso.
Veo este “escapar de la pirámide” como parte de una discusión más amplia sobre la naturaleza del verdadero ser (vea Los niveles de falta de autenticidad para obtener más información al respecto).
La vida puede ser una experiencia mucho más rica que la que ofrece la escalada piramidal: el éxito no tiene nada de malo, pero si esa es la única forma de responder “¿quién soy yo?”, Nunca será completo.