Vemos el mundo no como es.
Vemos el mundo como somos.
Las personas definen el éxito en función de sus propias aspiraciones. Su aspiración a menudo surge de lo que sienten que les falta en su vida, lo que los hace miserables.
- Si tenía 30 000 dólares a la edad de 18 años, ¿dónde lo invierte para obtener un rendimiento rentable?
- ¿Qué tan rápido puede alcanzar un ingreso de aproximadamente 500 dólares al mes vendiendo e-líquido casero?
- Cómo hacerse no solo rico, sino también poderoso
- ¿Tienes que tener la capacidad de ganar dinero para ser rico?
- ¿Por qué es tan difícil obtener ayuda financiera si tienes padres que ganan mucho dinero?
En este contexto, dos cosas son muy útiles para explicar los sufrimientos de la vida para la mayoría de las personas.
1: dinero
2: poder
La mayoría de las personas pueden justificar su miseria debido a la falta de dinero y poder. Como no hay límite para el dinero o el poder, estas dos aspiraciones siempre quedan sin cumplirse en la vida humana. Incluso si te conviertes en el hombre más rico del mundo, todavía no eres la persona más poderosa del mundo y, por lo tanto, aún puedes sentir que tu problema se debe a tu falta de poder.
Cuando asumes que tu problema se debe a la falta de dinero o poder, naturalmente asumes que alguien que tiene dinero y poder es más feliz que tú. Por lo tanto, considera a una persona más exitosa en la vida que ha adquirido más dinero y poder que usted.
Es interesante que los caracteres morales y éticos sean el mayor obstáculo en el camino de ganar dinero o alcanzar el poder. La mayoría de las personas ricas y poderosas siguen una vida sin escrúpulos para lograr el éxito. Esto es evidente por las siguientes palabras de
La sabiduría nos conoce a la mayoría de nosotros.
“El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Los grandes hombres son casi siempre malos”. (Lord Acton)
” Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que alguien rico para entrar en el reino de Dios” (Jesucristo)
El mundo moderno es un mundo material que valora el placer y el poder más que la alegría del alma. En esos momentos, no hay muchos que sean lo suficientemente sabios como para comprender el poder del carácter para hacer una vida feliz.