¿Cómo sería el mundo si tuviéramos globalización a través de Internet, pero aún no tuviéramos capacidades de vuelo?

No volar significa no tener misiles. La guerra requeriría tropas y barcos. Sería mucho menos sangriento y mucho menos frecuente. Estados Unidos ni siquiera consideraría invadir países como Irak o Afganistán. Las disputas tribales se resolverían localmente. Los genocidios serían observados y lamentados desde lejos.

No volar también significa que no hay satélites. La tecnología del teléfono celular habría fallado al principio. El rastreo por GPS se consideraría un santo grial de las características del consumidor. Pero todavía tendríamos cables submarinos, por lo que Internet estaría viva y bien, y la usaríamos para todas nuestras llamadas telefónicas. Nadie soñaría con la mala calidad de sonido, las llamadas caídas y otros dolores de cabeza que plagaron a los humanos del universo alternativo de capacidad de vuelo.

Los hermanos Wright serían considerados tontos, usados ​​como ejemplos en cada salón de clases, de los peligros de extralimitarse.

Los comediantes necesitarían nuevas formas de llenar nuestras tardes.

Nuestras películas de acción serían mucho menos emocionantes.

La Zona Crepuscular sería mucho menos desconcertante.

Algunos de nuestros edificios aún estarían en pie.

Habría ciertos lugares que no estábamos explorando.

Y ciertas cosas que no podríamos decir.

Nuevas innovaciones que no estaríamos haciendo.

Ciertas verdades duras nunca necesitarían saber.

Pero nada podría impedirnos soñar.