La microeconomía se considera el punto de partida de la macroeconomía, y se ocupa de las decisiones económicas individuales y de las pequeñas empresas.
Estas decisiones individuales, en conjunto, afectan la demanda y la oferta de bienes y servicios en toda la economía.
Uno de los temas más comúnmente analizados en microeconomía es el modelo de oferta, demanda y equilibrio. Bajo este modelo, los productores y consumidores de un bien determinan cómo se intercambia su precio y cantidad entre ellos. En un mercado libre, el precio de los bienes variará hasta que llegue a un punto de equilibrio, que se define como el punto en el que la cantidad total de bienes demandados es igual a la cantidad de bienes ofrecidos.
Utilizando el modelo de oferta y demanda, los economistas pueden comprender cómo los individuos valorarán sus bienes y asignarán sus recursos limitados de la manera más eficiente.
Oferta y demanda
La oferta y la demanda son las herramientas más fundamentales del análisis económico. Muchos temas y razonamientos económicos involucran la oferta y la demanda de una forma u otra. Entonces, ¿qué es la oferta y la demanda?
Veamos un ejemplo simple. En el invierno, el frío hace que caliente su casa por más horas que en otros meses. Es probable que esto sea cierto no solo para usted, sino también para todos sus vecinos. Como resultado, la demanda de calor es mayor. Debido a que la demanda es mayor, las compañías de gas pueden cobrar más por el gas.
Del mismo modo, un derrame de petróleo de un petrolero, mal tiempo o guerra en el Medio Oriente a menudo puede crear una escasez de gas a corto plazo, que es una reducción en el suministro y puede afectar el precio que paga también.
Elasticidad
La elasticidad se usa para ayudar a determinar el cambio en la demanda del consumidor (cuánto desea de algo) como resultado de un cambio en el precio del bien. Cuando un bien o servicio es elástico, esto sugiere que la demanda del bien o servicio se ve afectada por un cambio en el precio, mientras que algo que es inelástico es insensible al precio.
Un ejemplo de un bien elástico puede ser una manzana. Si el precio de las manzanas sube, lo más probable es que pienses en cambiar a una fruta diferente que sea más barata. La demanda de la fruta disminuirá.
Un par de ejemplos de productos inelásticos son la fórmula para bebés y la electricidad. Incluso si el precio sube, lo más probable es que sigas comprándolos. Las empresas a menudo se esfuerzan por vender productos o servicios que son, o parecen, inelásticos en la demanda porque hacerlo puede significar que pocos clientes se perderán si aumentan los precios.